Novak Djokovic: ¿Héroe o Villano?
La estrella del tenis, Novak Djokovic, abandonó Australia tras perder la batalla legal contra la cancelación de su visa. El gobierno australiano consideró que el número uno del mundo representa un símbolo para los negacionionistas y un «riesgo para la salud» por no haberse vacunado contra el Covid-19.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, ya había pronunciado la última palabra en el asunto de Novak Djokovic hace más de una semana: «Las reglas son las reglas», y ellas también se aplican al mejor tenista del mundo, le guste o no.
La decisión, tomada por unanimidad por los tres jueces del tribunal, echó por tierra definitivamente las esperanzas del serbio de 34 años de romper el récord y ganar su 21º título de Grand Slam en el Abierto de Australia, que comienza el lunes.
La decisión del tribunal, anunciada por su presidente, James Allsop, era prácticamente imposible de impugnar por el jugador, lo que le obligó a abandonar Australia inmediatamente con posibles repercusiones a largo plazo para su carrera.
Djokovic obtuvo permiso para salir del centro de detención en el que fue internado el sábado y vio la audiencia de cuatro horas por internet desde las oficinas de sus abogados en Melbourne.
Para las autoridades australianas fomentaba el «sentimiento antivacunas» y podría incluso «provocar un aumento de los disturbios civiles».
Un líder para el movimiento antivacunas
El domingo, en el tribunal, los abogados de Djokovic calificaron de «ilógica e irracional la detención y posible deportación de su cliente.
El gobierno «no sabe cuáles son las opiniones del señor Djokovic en este momento», argumentó el abogado Nick Wood, afirmando que su cliente nunca ha apoyado públicamente el movimiento antivacunas.
El abogado del gobierno, Stephen Lloyd, rebatió que el hecho de que el campeón no se vacunara casi dos años después del inicio de la pandemia y su reiterado desprecio por las normas sanitarias, incluido el hecho de no aislarse cuando sabía que estaba infectado, eran pruebas suficientes de su posición.
Novak Djokovic fue detenido a su llegada a Australia el 5 de enero y puesto inicialmente en detención administrativa.
Serbia acusa a Australia de maltrato
El 86 veces campeón de la ATP, que fue visto en Serbia y España en las dos semanas anteriores a su llegada, cuando según la exención médica tenía Covid-19, alegó un «error humano».
Los australianos soportan desde hace casi dos años algunas de las restricciones más duras del mundo contra el Covid-19. Además, con la perspectiva de elecciones en mayo, el contexto político estaba muy cargado.
En los últimos días aumentó la presión sobre el primer ministro conservador Scott Morrison, al que la oposición laborista ha acusado de «incompetencia».
El caso de Djokovic también se sigue de cerca en Serbia, donde está siendo considerado como un héroe nacional y en otras ciudades del mundo, que ven en el serbio un hombre fiel a sus principios y convicciones. Es incuestionable que hay un debate social sobre el papel de héroe o villano del tenista. Pero en este mundo polarizado, de sentimientos rígidos y dominado por miedos irracionales, debemos recordar a Ramón de Campoamor que decía: «En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira».
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