El mundo supera con besos el miedo al COVID-19, la alegría de recibir un Año Nuevo se extiende por las principales Ciudades.
Atenas, Berlín, Londres, Madrid, New York, Moscú, Paris y otras importantes ciudades vuelven a celebrar la llegada del año nuevo con besos y coloridos fuegos artificiales.
Las celebraciones de Año Nuevo regresan a numerosas partes del mundo que durante una noche olvidaron la sorpresiva irrupción de nuevas variantes del COVID-19.
Los fuegos artificiales volvieron iluminar la noche en Atenas; la fiesta volvió a la Puerta de Sol en Madrid; En los Campos Elíseos se levantaron las copas de Champange; los moscovitas, londinenses y neoyorquinos tomaron las calles para celebrar la llegada del año 2022.
Nadie quiso perderse las celebraciones para despedir un año aciago y oscuro. Miles de personas en distintas regiones del planeta tenían una especial necesidad de expresar que pueden más las ganas de vivir que el miedo al COVID-19. Era necesario una fiesta colectiva que volviera animar el espíritu abatido de las personas por tantas limitaciones y restricciones.
Besar es otra forma de demostrar que la esperanza y los buenos deseos siguen vivos entre nosotros. Los besos son terapéuticos y sirven para disipar los miedos sin necesidad de recurrir a costosas terapias. Sobre todo, los besos ayudan a arrancar de nuestra existencia la maldad. Los besos tienen el poder de curar heridas y hacer mejor a las personas. La raza humana necesita besos para ganar paz, ilusión y alegría.
Los besos se extendieron por las principales capitales del mundo.
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