Promesas quemadas: la hipocresía del PSOE frente al fuego que devora España
España arde. Las llamas no sólo devoran bosques y montes, sino también la credibilidad de una clase política que, incapaz de gestionar lo esencial, convierte la tragedia en un espectáculo de reproches. Mientras los incendios forestales han arrasado ya casi 400.000 hectáreas en lo que va de verano, los partidos se culpan mutuamente en lugar de asumir su parte de responsabilidad. Y entre ellos, destaca el Partido Socialista, que hoy se presenta como el gran adalid de la prevención, cuando ayer fue cómplice de los mismos errores que ahora denuncia.
El gesto televisivo de Susana Díaz: moralina en prime time
El 20 de agosto, en el plató de Todo es mentira (Cuatro), Susana Díaz reapareció en televisión para dar una lección de sensatez. Allí, ante la pregunta sobre el papel del PSOE en la batalla política de los incendios, soltó con gesto grave:
“No lo entiendo y no lo comparto viendo que la gente está jugándose la vida, que los bomberos lo están dando todo, que los alcaldes y alcaldesas están al pie del cañón mientras que los que tienen responsabilidad están a la gresca. No lo entiendo y creo que no es el comportamiento que hay que tener.”
Un discurso impecable, cargado de moral pública. Pero hay un problema: esa misma Susana Díaz fue presidenta de la Junta de Andalucía cuando Doñana ardió en 2017 en un incendio devastador que arrasó más de 8.400 hectáreas, alcanzó un camping y obligó a evacuar a miles de personas.
Entonces, su tono fue muy distinto. Prometió solemnemente que “ni un metro de lo quemado se recalificaría”, pero jamás explicó por qué los trabajos de cortafuegos no se habían hecho a tiempo ni respondió a las acusaciones internas que señalaban fallos graves en la prevención.
El PSOE de hoy: la Fiscalía como ariete contra el PP
Ocho años después, el PSOE se presenta como paladín de la responsabilidad. El parlamentario Mario Jiménez acusa a Juanma Moreno Bonilla (PP) de “irresponsabilidad” y “frivolidad”, y ha pedido a la Fiscalía de Medio Ambiente que investigue al actual Gobierno andaluz por no invertir 350 millones en silvicultura preventiva.
El PSOE exige un pleno extraordinario en el Parlamento para airear la supuesta negligencia del Ejecutivo andaluz. El mensaje es claro: el PP es culpable de no haber limpiado el monte, de no reforzar cortafuegos, de dejar que Andalucía se consuma entre llamas.
Pero esta exigencia judicial tiene un problema: se basa en el mismo argumento que en su día se les aplicó a ellos.
La denuncia olvidada: Jaime González Díaz y el apartado D
En los archivos de la Asociación Alianza Contra la Corrupción reposa una denuncia demoledora, firmada por su presidente, Jaime González, que desmonta el relato socialista. Su apartado D, fechado en relación con el incendio de 2017 en Doñana, describe con detalle cómo la propia Junta de Susana Díaz dejó el monte sin preparación:
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Cortafuegos sin licitar:
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En 2016 no se sacaron a concurso los contratos de cortafuegos, que tradicionalmente se hacían cada 3–4 años.
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La razón: “la Junta se había quedado sin dinero propio” y tuvo que esperar a fondos europeos.
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Prioridades equivocadas:
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Mientras tanto, se destinaban recursos al fletamento de medios aéreos del Plan Infoca.
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La prevención en tierra quedó relegada, justo la parte que hubiera frenado el avance de las llamas.
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Retrasos administrativos deliberados:
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El expediente de contratación se bloqueó más de un año bajo la batuta de altos cargos.
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Los contratos —valorados en 11,5 millones de euros— no se adjudicaron a tiempo.
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Consecuencias previsibles:
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El verano de 2017 llegó sin cortafuegos, con el monte convertido en yesca.
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El incendio de Moguer y Doñana alcanzó alturas de 12 metros.
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La denuncia es clara: “Es muy posible que no se hubiera quemado de esa manera si esos trabajos hubieran estado hechos a la fecha oportuna.”
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La acusación es directa: el propio gobierno socialista dejó sin ejecutar los trabajos de prevención que podrían haber mitigado la catástrofe de Doñana.
El camping de Doñana: ejemplo de la negligencia que ardió bajo el PSOE
Entre los incendios de 2017, el caso del camping de Mazagón en Doñana se erige como un ejemplo palpable de lo que ocurre cuando la prevención falla. Según los informes y la denuncia del apartado D de Jaime González Díaz, este camping quedó rodeado por el fuego mientras el monte circundante no contaba con cortafuegos ni trabajos preventivos al día.
El denunciante detalla que los contratos de silvicultura preventiva no se licitaron en 2016, y que los expedientes administrativos estuvieron paralizados más de un año, bajo la responsabilidad de altos cargos de la Junta de Andalucía. Esto significó que, cuando llegaron los incendios, no existían barreras naturales ni defensas preparadas que hubieran reducido la intensidad del fuego.
El resultado fue dramático: evacuación de los campistas, riesgo para vidas humanas y daños materiales considerables, que se suman a la pérdida ecológica de una de las reservas naturales más valiosas de Europa.
Este episodio demuestra, de forma concreta y tangible, lo que las palabras grandilocuentes y las promesas políticas no lograron evitar: la falta de prevención bajo la gestión socialista tuvo consecuencias directas y previsibles, que hoy, curiosamente, el PSOE denuncia como si nunca hubiera ocurrido en su propia etapa.
Hipocresía en estado puro
Lo que ayer se ocultaba, hoy se convierte en arma política. El PSOE, que en 2017 callaba ante sus propios fallos y desoía denuncias internas sobre la falta de cortafuegos, ahora exige a gritos una investigación judicial contra el PP por no invertir en prevención.
La pregunta es inevitable: ¿con qué autoridad moral habla hoy el PSOE de negligencia, cuando su propia administración dejó el campo andaluz sin defensas ante el fuego?
La respuesta sólo puede ser una: ninguna.
El incendio de Doñana, con su camping arrasado, sus evacuados y su cicatriz aún viva, fue consecuencia de la misma desidia que hoy denuncian. La diferencia es que entonces la responsabilidad era suya.
El fuego no entiende de colores políticos. Quema con la misma intensidad bajo gobiernos socialistas que populares. La diferencia está en la hipocresía: unos y otros se lanzan acusaciones mientras los bosques siguen sin cortafuegos, los montes sin limpiar y los bomberos sin medios.
El PSOE ha demostrado, con Susana Díaz primero y con Mario Jiménez después, que la memoria selectiva es su principal herramienta política: callar cuando gobiernan, denunciar cuando pierden el poder.
Mientras tanto, Doñana sigue siendo el recordatorio más cruel: lo que se deja sin hacer antes del verano se paga en cenizas.
España necesita prevención, inversión y transparencia. Lo que no necesita es que el humo de los incendios sea utilizado como cortina de humo para tapar la mediocridad de una clase política que, como el fuego, lo devora todo: bosques, confianza y futuro.
