Inminente peligro ambiental: Vertidos de aguas mineras contaminadas amenazan la supervivencia del río Guadalquivir

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El equivalente a 5.300 piscinas olímpicas de aguas residuales industriales de origen minero generadas durante la fase preoperacional acabarán en las aguas del río Guadalquivir.

El grupo de investigación compuesto por la asociación de activistas Alianza Contra la Corrupción, Prometheus News y Alternativa Republicana,  accedimos al DICTAMEN AMBIENTAL DEL SERVICIO DE PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LA DELEGACIÓN TERRITORIAL DE SOSTENIBILIDAD, MEDIO AMBIENTE Y ECONOMÍA AZUL EN SEVILLA, SOBRE LA AUTORIZACIÓN AMBIENTAL UNIFICADA SOLICITADA POR LA ENTIDAD MINERA LOS FRAILES S.L. PARA LA CONCESIÓN DE EXPLOTACIÓN DE LA SECCIÓN C) 7.976 «ZONA DE AZNALCÓLLAR», EN LOS TÉRMINOS MUNICIPALES DE AZNALCÓLLAR, OLIVARES, SANLÚCAR LA MAYOR, SANTIPONCE, SALTERAS Y VALENCINA DE LA CONCEPCIÓN (PROVINCIA DE SEVILLA). EXP. AAU/SE/139/2018/N. DE FECHA 27/10/2023

El objetivo de nuestra investigación es informar a los vecinos de la provincia de Sevilla, el gravísimo riesgo medioambiental que supone el proyecto de explotación «MINA LOS FRAILES». Una vez analizado el expediente en cuestión EXP. AAU/SE/139/2018/N. DE FECHA 27/10/2023, consideramos que se trata de una resolución controvertida, oscura y prejudicial en base a los siguientes elementos:

Durante la fase operacional o de explotación del proyecto, se generarán las siguientes cantidades de aguas residuales industriales de origen minero.

Según la información proporcionada en las fuentes, se mencionan las aguas residuales industriales de origen minero que se generarán durante la fase preoperacional y operacional del proyecto. Además, se indica que el punto de vertido autorizado será el río Guadalquivir, en la masa de agua ESOSOMSPF013213011 «Corta de la Cartuja» del dominio público marítimo terrestre.

Durante la fase preoperacional del proyecto, se generarán las siguientes cantidades de aguas residuales industriales de origen minero:

Achique Corta Los Frailes: 10.000.000 m³/año

Achique Corta de Aznalcóllar: 1.680.000 m³/año

Datos que, teniendo como referencia la cantidad de agua que necesita una piscina olímpica para su funcionamiento, encontramos que, los volúmenes de agua vertida resulta escandalosa: 

La cantidad de 10.000.000 m³/año de aguas residuales industriales de origen minero generadas durante la fase preoperacional del proyecto equivale a aproximadamente 3.200 piscinas olímpicas.

La cantidad de 1.680.000 m³/año de aguas residuales industriales de origen minero generadas durante la fase preoperacional del proyecto equivale a aproximadamente 2.100 piscinas olímpicas.

La contaminación de un río por una cantidad tan significativa de aguas residuales industriales de origen minero, representada por el volumen de estas piscinas, tendrá un impacto grave y potencialmente irreversibles en el ecosistema acuático y en las comunidades que dependen del río.

Sin embargo, no se proporciona información suficiente y específica sobre las características de las aguas residuales industriales de origen minero ni sobre las medidas de control y tratamiento que se implementarán para minimizar su impacto en el río Guadalquivir. Por lo tanto, es necesario contar con un análisis independiente, más detallado y específico para evaluar el impacto exacto de estas aguas residuales en el río.

Fase operacional o de explotación

Durante la fase operacional o de explotación de la mina, se requerirá un volumen anual total de 4.000.000 metros cúbicos de agua. Este volumen incluye el desagüe de la Corta Aznalcóllar y el agua de achique de la mina de interior.  (cuatro millones de metros cúbicos anuales), más gráficamente, es el equivalente a 1.600 piscinas olímpicas. Resulta paradójico y aberrante que, Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, anuncie que habrá restricciones generalizadas en las tres grandes capitales andaluzas si antes no hay “30 días de lluvia continuada como mínimo”, algo que no ocurre, al menos, desde 2010. Pero a la Minera Los Frailes, participada mayoritariamente por la multinacional Grupo México, se le permita este colosal derroche de aguas.

Impacto en el Río Guadalquivir:

El punto de vertido autorizado, la «Corta de la Cartuja,» es parte del río Guadalquivir, un espacio natural protegido y una zona de importancia comunitaria. Actualmente, el estado del río, según indicadores biológicos y fisicoquímicos, ya se encuentra en una condición «peor que buena».

El Dictamen Ambiental firmado el pasado 27 de octubre, propone autorizar, durante la fase preoperacional previa al reinicio de la actividad minera, el vaciado completo de las aguas contaminadas con metales pesados de la Corta de Los Frailes (CLF) y el vaciado parcial de la Corta de Aznalcóllar (CAZ). Esta última alberga gran cantidad de los lodos tóxicos que se recogieron tras el vertido de 1998.

El vertido tóxico global de 85,52 Hm3, acabará en una zona de especial conservación de la Red Natura 2000 del Bajo Guadalquivir, que contaminará todo el Guadalquivir desde Sevilla hasta la desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, afectando igualmente al Parque Nacional de Doñana.

La contaminación que no ven en la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente
y Economía Azul

Durante la fase de achique y explotación, se estima que se generarán grandes volúmenes de agua de contacto, que podrían contener sustancias contaminantes. Si esta agua no se gestiona adecuadamente, podría contaminar cuerpos de agua cercanos y afectar negativamente la calidad del agua y los ecosistemas acuáticos.

La concentración de estos productos químicos puede plantear varios riesgos ambientales. Algunos de los posibles peligros incluyen:

Contaminación del aire: Algunos de los reactivos utilizados en el proceso de flotación, como el polvo de partículas y los compuestos orgánicos volátiles, pueden generar emisiones de contaminantes al aire. Estas emisiones pueden contribuir a la formación de partículas en suspensión y a la contaminación del aire en las cercanías de la instalación.

Contaminación del agua: El agua utilizada en el proceso de tratamiento puede contener residuos de reactivos químicos, como el hidróxido de calcio y los compuestos de zinc y cobre. Si no se manejan adecuadamente, estos productos químicos pueden filtrarse al agua y contaminar los cuerpos de agua cercanos, como ríos, arroyos o acuíferos.

Contaminación del suelo: La manipulación y el almacenamiento de los reactivos químicos pueden dar lugar a derrames o fugas que pueden contaminar el suelo. Esto puede ocurrir durante la descarga de camiones cisterna, el manejo de los productos químicos en el almacén o en caso de accidentes.

Riesgo de incendio o explosión: Algunos de los reactivos utilizados, como el peróxido de hidrógeno, pueden ser inflamables o reactivos. Si no se manejan adecuadamente, pueden representar un riesgo de incendio o explosión, lo que podría tener consecuencias graves para el medio ambiente y la seguridad de las personas.

Este oscuro episodio destaca la necesidad apremiante de una revisión más exhaustiva, independiente y transparente de la autorización otorgada a la Minera Los Frailes. La protección del río Guadalquivir, su biodiversidad y su importancia ecológica no deben ser comprometidas por decisiones políticas-económicas, que ponen en peligro el futuro de la provincia de Sevilla.

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