Frívola tertulia política entre Susana Díaz y Juan Marín en ‘Todo es Mentira’. Sobre la feria: «¿Qué es peor: perder las elecciones o la caseta de la Feria de Sevilla?»
En el panorama televisivo español, los programas de debate político han adquirido una relevancia indiscutible, sirviendo como plataforma para el análisis de la actualidad y la confrontación de ideas. Sin embargo, cuando estos espacios se convierten en meros escenarios para el entretenimiento superficial y la falta de crítica contundente, se corre el riesgo de desvirtuar su propósito fundamental.
Un ejemplo de esta problemática es el programa «Todo es Mentira», presentado por el controversial Risto Mejide, que ha generado controversia al incluir como tertulianos a figuras políticas como Susana Díaz y Juan Marín. Esta elección ha sido duramente criticada por la Asociación Alianza Contra la Corrupción, que ha denunciado la falta de una voz crítica dentro del programa para cuestionar el pasado y las acciones de estos políticos.
Desde la asociación, se señala que tanto Díaz como Marín tienen una enorme responsabilidad en la corrupción que ha afectado a la comunidad de Andalucía. Se destaca, por ejemplo, la paralización durante tres años por parte de Díaz de la puesta en funcionamiento de la Oficina Antifraude, una medida crucial en la lucha contra la corrupción, que fue permanentemente bloqueada por el Partido Socialista en Andalucía. Recuerdan que fue Marín, el que finalmente puso en marcha la Oficina, excluyendo de la participación a ciudadanos y asociaciones anti corrupción, y proponiendo de presidente a un juez, con unos resultados deficientes para el costo que tiene su funcionamiento, aseguran desde la asociación.
Es importante resaltar que la falta de una verdadera voz crítica dentro del programa «Todo es Mentira» puede interpretarse como un intento de blanquear la imagen de estos políticos y minimizar su responsabilidad en los escándalos de corrupción. La ausencia de un contraste de opiniones y la tendencia hacia el humor ligero pueden desviar la atención del público de los verdaderos problemas políticos que aquejan a la sociedad.
En este sentido, la Asociación Alianza Contra la Corrupción ha instado a los responsables del programa a considerar la inclusión de voces críticas y expertas en el tema de la corrupción para enriquecer el debate y ofrecer una perspectiva más equilibrada y rigurosa sobre estos asuntos. Además, se ha demandado un enfoque más serio y profundo en el tratamiento de los temas políticos, dejando de lado el sensacionalismo y la frivolidad.
«Todo es Mentira» se enfrenta a la crítica contundente de la Asociación Alianza Contra la Corrupción, que denuncia la falta de una verdadera reflexión crítica y la tendencia hacia el entretenimiento vacío en lugar de un análisis político serio y comprometido. La inclusión de figuras políticas como Susana Díaz y Juan Marín sin un contrapunto crítico solo sirve para socavar la credibilidad del programa y perpetuar la impunidad de aquellos responsables de la corrupción en nuestro país.
En un momento del programa Risto, decide hacer una pausa para soltar una pregunta que causaría la risa de Marín y Susana, aunque no sabemos si la segunda ‘rió por no llorar’.
«¿Quién de los dos tiene la mejor caseta en la Feria de Abril?», preguntó el presentador. Ahí fue cuando el ex vicepresidente de la Junta de Andalucía, se señaló a sí mismo entre risas y respondió siguiéndole el juego a Risto: «Yo no tenía pero ahora tengo dos, cuidado, desde que dejé la política tengo dos. Ellos la han perdido…»
Para ese entonces, Susana Díaz, resignada por la broma y riéndose ante el «ataque», le recordaba a Risto que «decirle a un socialista eso en estos días… es de tener mala baba». Aunque la «mala baba», estaba a punto de recibirla por parte de Juan Marín, que lanzó el dilema del millón entre risas: «Yo no sé qué es peor, si perder las elecciones o perder la caseta en la Feria de Sevilla»
Ya en este momento, a la del PSOE no le quedaba otra que asentir y reír, «mucho más grave lo de caseta», afirmaba.
Este enfoque frívolo y trivial sobre temas políticos de gran importancia y relevancia para la sociedad muestra una falta de compromiso por parte del programa hacia la verdad y la transparencia en la información. En lugar de abordar asuntos que afectan directamente a la ciudadanía, como la corrupción institucionalizada, se prefiere centrar la atención en anécdotas y chismes sin mayor trascendencia.
El hecho de que los tertulianos se muestren dispuestos a participar en este tipo de debates triviales y que incluso lo encuentren divertido, como lo evidencian las risas durante la discusión sobre las casetas de la Feria de Abril, demuestra una falta de seriedad y compromiso con los temas políticos de verdadera importancia.
En lugar de confrontar a los políticos sobre su responsabilidad en casos de corrupción o exigir respuestas sobre temas de interés público, el programa parece contentarse con mantener una atmósfera ligera y entretenida, sin profundizar en las cuestiones que realmente importan a la ciudadanía.