De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), hasta diciembre de 2021, la deuda del Fobaproa –que se compone de los pasivos del IPAB y del programa de apoyo a deudores de la banca– alcanzó 1 billón 040,507 millones de pesos, suma que sigue cubriéndose por los contribuyentes. 

Las arcas públicas, fueron durante décadas objeto de una obscena rapiña por parte de los grupos empresariales; los mismos que ahora se envuelven en la bandera tricolor y se autodefinen como defensores de la patria. El semanario proceso (núm. 2167 de 13 de mayo de 2018), estableció una línea de los beneficiarios, entre los que figuran: Valentín Díez Morodo, actualmente es Presidente del Consejo Consultivo de Grupo Modelo, uno de los mayores grupos cerveceros del mundo. Pablo Escandón Cusi, destituido del grupo NADRO, S.A.P.I. de C.V., tras conocerse su participación en el escandalo por control del mercado de medicinas en México. Claudio X. González Laporte, presidente del consejo de Kimberly-Clark de México. Carlos Slim Helú, fundador del poderoso grupo CARSO,  y otros notables empresarios, que al amparo del poder pudieron ocultar sus pérdidas y multiplicar sus ganancias.

El escenario descrito anteriormente, representa una pequeña muestra del pillaje institucionalizado al que fueron sometidos los mexicanos. Un nocivo contubernio político y económico, que sirvió a la 4T, para plantear un nuevo modelo de país. En principio, se planteó que la nación no podría contrarrestar la decadencia económica y social; sin erradicar antes la corrupción y la impunidad.

Dentro del Plan Nacional de Desarrollo (2019-2024) (Gobierno de México, 2019). Figuran principios relacionados con valores como la ética, la confianza, la honestidad, el respecto, la honradez y la promoción de los valores republicanos, que obligan a las nuevas administraciones a eliminar los gastos considerados como superfluos de gobiernos anteriores (avión presidencial de Peña Nieto). Además de establecer una política social como base de la estructura del gobierno y atacar desde su origen el problema de la pobreza, la violencia y la seguridad social a través de los programas sociales.

El país, se encontraba en la peor fase de descomposición social y política, al tiempo que la pobreza mostraba su peor cara: En el sexenio de Peña Nieto, las personas en pobreza pasaron de ser 41.8 millones en 2012, a 44 millones en 2016, y la población en pobreza extrema pasó de 11.5 a 9.4 millones en el mismo periodo (Fuente: Coneval). Datos que sirven para recordar la completa ausencia de políticas públicas para revertir el drama de la pobreza y desigualdad en el país.

Políticas sociales como el principal eje rector para combatir la pobreza.

La 4T, con Andrés Manuel López Obrador a la cabeza, ponen en marcha un «plan Marshall» a nivel social. Respecto a los programas sociales, como fundamento de la política social, se crearon los programas siguientes: Bienestar de las Personas Adultas Mayores, Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad, Programa Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez, Jóvenes Construyendo el Futuro, Jóvenes Escribiendo el Futuro, Sembrando Vida, Programa Nacional de Reconstrucción, Desarrollo Urbano y Vivienda y Tandas para el Bienestar. Finalmente, en el eje Económico, además de las obras de importancia que son el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca (Dos Bocas) y el Tren Maya.

Por primera vez en la historia de país, se desplegaba un auténtico escudo social para hacerte frente al gravísimo problema de la pobreza, desigualdad y exclusión. Los pobres, despreciados históricamente por el clasista sistema político mexicano, encontraron un poco de justicia social y esperanza. Entre los programas prioritarios para la 4T, destaca la «Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores» dotado presupuestariamente en el 2023, con 339 mil 341 millones de pesos. En el bimestre enero-febrero se invirtieron 52 mil 589 millones de pesos para garantizar este derecho plasmado en el artículo 4° constitucional.

Claudia Sheinbaum gana el proceso interno de Morena y será la candidata a la presidencia de México.

La presidencia de Andrés Manuel López Obrador, finalizará el 1 de octubre de 2024. Pero en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ya tienen el nombre de la legítima sucesora: Claudia Sheinbaum. La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, resultó la triunfadora en el proceso interno con un 39% de las preferencias de las bases de Morena. 

Su designación constituye un hito político en el país azteca, dado que se convierte en la primera mujer que enfila la carrera a la presidencia de México como la clara favorita. Sheinbaum, tiene el enorme reto de garantizar las políticas sociales y económicas emprendidas en la 4T, así como en su diferenciación y distanciamiento del perjudicial modelo neoliberal. 

Sheinbaum, llega en un momento de consolidación del proyecto de nación impulsado por Morena. El Gobierno de la Nación, ha conseguido de forma acertada, recuperar el control de los recursos estratégicos del país y redireccionar los recursos estatales en favor de los más vulnerables. Es importante, que en el proceso de recomposición del Estado, se conserven y blinden los ejes estratégicos definidos en la 4T, como lo son: El combate a la corrupción, la rectitud del Gobierno, la austeridad republicana y un cambio en el modelo económico en contraposición al neoliberal.

Fdo. Roberto Macías.