Manifiesto de la Asociación Mediterránea Anticorrupción y la Transparencia (AMAYT).

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En nuestra redacción, hemos tenido acceso en rigurosa exclusiva, el manifiesto «the phoenix» presentado por la pionera asociación en la lucha contra la corrupción en España; liderada por el brillante jurista Francisco José Sánchez del Águila Ramón.

PREÁMBULO
El Ejido ( Almería ) :
La ciudad de los intereses creados. Curiosa es ésta historia que escribo, pues trata de todo lo ya acontecido en un pueblo en el que volverá a acontecer de nuevo todo aquello que ya sucedió en El Ejido; y que es lo mismo que en otros pueblos y ciudades de un país que, tal vez, pudiese ser llamado algún día España volverá a suceder. Y ello de tal guisa acontecerá si los que tomaron la profecía de Topolino como falsa no hubiesen sabido jugar bien sus cartas, pues sabed que son naipes sagrados que el
Destino cruel ha barajado ya…

El Ejido ( Murgis ) la ciudad alegre y confiada… .
Segunda parte de :

“El Ejido, la ciudad de los intereses creados…”

Si me atrevo a escribir estas letras, a modo de epílogo de la «Operación Topolino», es porque mi osadía de niño aprendiz de farandulero a ello me lleva.

Y, no obstante, confieso que me impulsó a ello mi sincero deseo de honrar la ilustre figura de Don Jacinto Benavente, pues para engendrar éste humilde plagio me inspiré en el prólogo de su obra teatral ”La ciudad alegre y confiada”.

Una maravillosa pieza literaria del genial dramaturgo ibérico, que fué estrenada en el Teatro Lara el 18 de Mayo de1916. Se trata de una historia que acontece en un país imaginario que, tal vez, pudiese llegar a ser llamado algún día «España»…

Una maravilla de la literatura universal que es, también, conocida como “el desterrado vuelve a la ciudad”; y que es la segunda parte de la obra titulada “la ciudad de los intereses creados”.

Un maravilloso texto inspirador, que fué escrito bajo el cielo estrellado del así llamado «Cerro Negro», que es un lugar situado en el paraje conocido como el «Cabo de las Agatas». Éste es un enclave mágico por excelencia, que se halla situado en las igualmente mágicas tierras de la legendaria y olvidada Almería.

Inspirado por un entorno tan cautivador, me decidí a escribir ésto allá por el año 2009 de la era que me tocó vivir.

Redacto éstas líneas al amanecer de un 27 de Marzo del año de gracia del 2023 de mi tiempo. Fecha ésta que coincidió con la celebración del «Día Internacional del Teatro».

Y bien sabe el Cielo que no hago ésto para satisfacer al Infierno, sino que así procedo para honrar a mi ilustre dramaturgo y mentor, Don Jacinto Benavente, a quien decidí poner por vigía y custodio de mis sueños.

Y no solo me conformé con así hacerlo, porque su ilustre memoria ya inspiró en mi alma el gran diseño de la «Operación Topolino», cuya planificación dejé convenientemente recogida en un anterior texto titulado “El Ejido, la ciudad de los intereses creados”.

En ésta jornada, durante cuyo alba ésto escribí, celebramos la llegada del Equinoccio de la Primavera en el Hemisferio Norte. Fecha nada trivial, pués aconteció con la llegada del Otoño al Sur, justo en el momento en el que estaba a punto de ser dictada una sentencia judicial por parte de la Audiencia Provincial de Almería.

Era una sentencia judicial muy especial, cuyo dictamen en torno a la denominada macro-causa de corrupción de la “Operación Poniente” culminaba años sacrificados de mi vida, otorgando sentido a mi condición de denunciante y testigo de la acusación.

Y era ésta, también, una sentencia que puso “terminus ad quem” a una dilatada y tortuosa Instrucción judicial, que promoví con un motivo claramente justificado, cuyos inicios deben ser buscados en los primeros meses del año 2007 de nuestro tiempo.

Finalmente, fué en ese momento en el que éste conejo blanco que escribe reveló al Mundo la sagrada conexión que, hasta entonces, había permanecido oculta entre la dramaturgia literaria de don Jacinto Benavente y la genialidad matemática de la literatura de Charles Lutwidge Dodgson, más conocido como el Lewis Carroll del maravilloso agujero negro en el que sucumbió Alicia en su maravilloso país imaginario.

Tal vez por ello la instrucción de la causa estuvo salpicada de aventuras y desventuras a lo largo del recorrido trazado
por ese arcano temporal que es el número 13 en el Tarot:

LA MUERTE
Muerte, entre otras causas, motivada por una cuestionable pandemia acontecida desde el inicio de las Diligencias Previas de aquel Juicio celebrado en la “Sala Roquetas de Mar” del Auditorio Municipal que está situado en la barriada almeriense de Aguadulce.

Muertes silenciadas bajo la oscuridad de la túnica y del afilado filo de su guadaña, que fueron ocultadas entre los escondrijos de las madrigueras de la corrupción Almeriense. Madrigueras infinitas, cuyos túneles configuraron un viaje iniciático global bajo el terror de la regente gualda que fué destinada a cumplir el Destino de «Alicia detrás del Espejo».

Una Alicia que siempre estuvo observando tras aquel «Espejo Astronómico» del Lindo Gatito invisible del Calar Altoque le reveló su propia belleza y fealdad a cada alma que en él mismo se vió finalmente reflejada.

“El Ejido la ciudad alegre y confiada.”

Éste es Retorno del Jedi «Topolino», al que tod@s llaman justamente «el abogado de los Pobres de Cristo que fué injustamente desterrado».

Vuelve el tinglado de la antigüa farsa, ya sobradamente por tod@s conocida, de la corrupción judicial.

Vuelven el traqueteo y los chirridos de una Justicia desvencijada, que se mueve a tirones penosos de un cateto “hizocarro” alpujarreño esconquijao de tanto hacer el Camino de peregrinaje…, no al Campo de las Estrellas, sino al Camino de l@s Estrella@s que conduce hasta el pesebre erigido en la madrileña calle Génova, que yace aún erguido – cual Cruz obscenamente desafiante ante el Cielo – en su número 13.

Endiosad@s y caduc@s son, ya, los desteñidos colorines de los trajes de aquellos guiñoles de la Política que fue finalmente asesinada en sus falsas ideologías.

Desteñido y raído quedó el luto de las Togas en el escenario de una administrada injustamente Justicia que, además de arcaíca y anacrónica, resultó ser represora y no restaurativa.

Entran, ya, las almas en pena por la Plaza Mayor de la capital de éste reino imaginario, que yace ubicada en el lugar que antaño fué virreinato de la farándula política Murgitana.

Son las almas de aquel virreinato asentado sobre la efímera veleidad de aquellos añorados y antigüos bancales de parrales de uva molinera de la «Tía Anica«, que fueron convertidos en la sede de la Casa Consistorial del «Novus Ordo de mi Ejido«, antigüa Torre Negra de las 4 Puertas del Destino.

Escribo durante el amanecer de éste día triste y extraño, que me presenta en su cerrazón de tormenta el alba fría que antecede a la calima de su ocaso.

Es una jornada de desencanto para éstas gentes mohínas y duras de cerviz, que ya no están para más fiestas ni engaños bajo las nubes que han ocultado el brillo de los Cielos con sus Estrellas de hojalata y de latón.

Es un día éste de recapitulación de todo lo que antaño solo un espejismo en el desierto fué; y que, ya, nunca más volverá a ser; porque jamás nada de todo aquello fuera real. Y, además, tampoco fué verdad.

Es un día sin brillo de Lucero ni colorines de Arco Iris. Es éste un día extraño. Un día sin vítores y sin presagio de llegada de monedas. Un día sin mozos y sin mozas sonriendo para celebrar la ilusión de su esclavitud financiera.

Es un día éste en el que parece despertar la tristeza después del aturdimiento gracioso en el que fué sumida por el griterío egoísta de quienes, sin ser nada, acabaron creyendo que todo, para todo el Mundo, eran.

Contemplo, tras el vidrio que llora en mi ventana, como la lona mojada al Horizonte empapa éste Poniente de plásticos sin promisión que antaño estuvieron destinados a ser la despensa de la vieja, católica, apostólica y romana Hispania.

Al amparo de éste enchido sueño fueron apagadas las ilusiones de aquellas chimeneas Cosentinas que jamás prendieron ninguna otra ilusión que no fuese la de incendiar lentamente el atrezzo de aquel Mini-Holliwood del Pepino que, cual falla del Levante, entre azules gaviotas ardiera.

Es el ocaso de aquellos dioses de plástico que llegaron a entronizarse a sí mismos en aquella meca – que jamás fue tal – del Cine, porque siempre fué solo un decorado más de aquella Almería de escenarios de cartón y piedra de los años 60 y 70. Una Almería que acabó desolada, siendo víctima de su propia ambición; y, aún peor, de su pérfida soberbia.

Bajo la pesadumbre de éste cielo de sombras contemplo el final de toda una era. Pero, también, el inicio de un tiempo nuevo; pués, no en vano, conocida es la suspicacia de considerar a éste valle de las sombras como el destino infernal de los engaños y maquinaciones de todo aquel que politiquea.

Los semblantes de mi gente dibujan la sombra de la tristeza en el mordisco incesante de la conciencia. En cada pecado cometido yace la penitencia impuesta de quien conoce el mal que hizo. No hay cárcel fuera, sino solo lágrimas y arrepentimiento en quienes ya no pueden retroceder sobre los pasos de sus propias quimeras.

¿Es ésto, acaso, una condena?.

Ciego habría de estar quien ciertamente no viese que el Juicio que en un Teatro se celebra es solo una tragicomedia destinada a hacernos reflexionar en torno a todo aquello que debemos aprender de las lecciones que nos dá la propia existencia de la vida en nuestra amada madre, la Naturaleza.

Jamás puede ser justa aquella administración de la Justicia que basa su existencia en la promulgación de sentencias destinadas a justificar condenas.

Del amanecer de tormenta brotan las tardes de paseo en Primavera. Esas mismas tardes maravillosas que anuncian las noches cuajadas de hermosas Estrellas.

Restaura la Ley del Cielo todo aquello que fué condenado por la Justicia humana en la Tierra; pués, no en vano, el propio devenir de la Historia nos ha enseñado a perdonar todos los traspiés dados por nuestros balbuceos de la infancia en éste planeta, sin caer por ello en una perniciosa auto-indulgencia.

Llega el Sol que no abrasa, más si ciertamente consuela, en el anuncio de ésta histórica Primavera.
Pintan en verde, bajo el azul del Cielo, las Hadas y los Gnomos que aprendieron a abrir sinceramente sus almas en aquellos nuevos invernaderos vestidos de Plata y hoy convertidos en refugio de Abejorros; hogar de Gorriones, santuario de Dragones; y templos para las Abejas.

Arcones de abundancia compartida que son toda la riqueza que, para éste fín destinada, durante años fuese eternamente custodiada.

Danzas que serán celebradas pronto bajo las Estrellas entre el Tauro y el Orión que, junto a alguacilillos y canes mayores y menores, desde Egipto hasta América la música de las esferas ya llevan, cual melodía celestial a lo largo de toda la Tierra.

Quien quiera tener reino verdadero renuncie a trono, autoridad y corona, pués la regencia de éste planeta no está aquí, sino que siempre estuvo fuera.

Humanidad es ser Arco Iris entre las estaciones de la Noche por la que ésta nave estelar, que es el planeta Tierra, todos los días de la Eternidad navega.

No hay Tiempo ni Espacio en el instante en el que todo colapsa en la madriguera de Roquetas.

Entró por Murgis la blanca Alicia y salió por Burgos la Enmanuela negra, tras haber sido crucificada la
Humanidad entre Almería y Palencia.

Proclamada eres tú, ya, Murgis, como la primera ciudad de las Estrellas sobre la faz de la Tierra. Porque supiste ser mucho más que una despensa que a la Humanidad alimenta. Y aceptaste la grave responsabilidad de saber preservar al único que supo entender que tu destino está escrito, precisamente, más allá – incluso – de ellas.

Ciudad tú no eres, Murgis, porque siempre fuiste puerta entre 2 Eras.

Apolo impacta cual Asteróide que el Abogado del Astrónomo supo convertir en brillante Cometa que sigue su estela.

Pasa de largo nuestra, Tragedia; pués, no en vano – y por una vez en ésta, nuestra mortal existencia –, reclamo, con total legitimidad, el Derecho para toda la Tierra de ser tod@s Cósmic@s en la celebración de la semana de las Plañideras, sobre la que hoy declaro universalmente instaurada la nueva Semana del Perdón, con su correspondiente Jubileo Universal de la Primavera.

Somos Farándula en un Mundo de miserias, que fué condenado a vivir una eternidad de días tristes. De toda credibilidad carecerá ya cualquier proclamación que, a partir de ahora, en el sueño de ésta vana ilusión fuese hecha.

Vivimos solo un sueño de realidad que no es más que una realidad soñada. Una mera ilusión que ni siquiera sabemos si realmente alguna vez existiera.

Entre proclamas, discursos, sentencias y condenas, el escándalo se cebará en la Humanidad cuando el verbo hecho carne lea ésta sentencia.

Serán llamad@s profetas quienes crean ser de la VERDAD, solo porque la VERDAD vaciada habrá quedado en sí misma.

Al Alba presenté mi semblante enfadado de aguafiestas y querulante insoportable; pués, no en vano, enfadoso agorero es Topolino, el último héroe, además del gran insoportable.

Y si, a costa de ver cumplidas sus profecías de ruinas y estragos catastróficos hubiese de ser su gloria, nunca sea Topolino un profeta; más quédese, en tal caso, solo en un simple agorero que, por demás, nos deje buen regusto como un simpático y singular aguafiestas. Y si, además, juzgáseis enojoso el aviso, al menos estimadle en ello como bien intencionado.

Hoy, la Farándula no pretende ser ya vuestra Comedia pués, no en vano, todo el planeta es hoy Teatro de Tragedias. Y, de hecho, si el Arte mismo no puede ser ya serenidad – al no pretender parecer inhumano – ¿cómo puede ser bufonada, sin pareceros por ello un insulto al dolor y a la Muerte?

Con todo, quizás aún podáis reíros de la misma gravedad nuestra. Y, de así hacerlo, siempre tendríais una buena razón para ello, pues sabed que vuestra risa, tal vez. fuese una razón más entre las razones que hubo para justificar la redacción de esta farsa, cuyo título se halló en el libro santo, conforme a aquellas proféticas palabras que dicen:

“Esta es la ciudad alegre que estaba confiada; la que decía en su corazón:
Yo y no más.
¿Como fue su asolamiento?

De seguro es que todo lo ya escrito existió alguna vez. Es por ello que, no por no haber sido percibido algo, aquello debiera ser ignorado. No cometamos nuevamente éste error por última vez; pués, de tal soberbia, sería justificada la procedente invocación de la presencia de Talía y Melpómene a golpe de trompetas, maza y puñal.

Sea, pués, proclamada la celebración de la Primavera mediante éste histórico desfile inaugural del Perdón.

Celebremos con buen vino las fiestas del nacimiento de nuestra Primavera Fraternal Universal, compartiendo con humildad la memoria de nuestros orígenes en aquellas viñas de Dyonisios que cultivaron nuestros ancestros.

Y regresemos junt@s a aquel Fondón de princesas árabes hechizadas que cantaban bajo la Luna, mientras nuestros antepasados se adentraban en las ignotas rutas de regreso a las Montañas del Gran Norte.

Murgis es nido y estación de paso de las Águilas. Cierto. Pero el Águila Blanca de los indígeneas debe alzar su vuelo junto al Dragón.

Y Yo, Topolino, declaro ser el legítimo custodio y director de la Escuela de Magia, mientras Arturo y Merlín vuelven a volar en los azules y legendarios Cielos de Camelot

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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