Contaminación en el Guadalquivir: ¿Peligra la continuidad de eventos de la UME en el río?
El pasado 21 de septiembre, en conmemoración del Día Mundial del Donante de Médula Ósea, la Unidad Militar de Emergencias (UME) celebró en Sevilla la VI Travesía a Nado por el Guadalquivir. Esta iniciativa, que busca promover la donación de médula y su impacto positivo en la vida de muchas personas, reunió a miembros de las fuerzas armadas, la policía y la guardia civil en una carrera de 8 kilómetros que finalizó con un recorrido de un kilómetro a nado en el río Guadalquivir. Sin embargo, la celebración de este evento se enfrenta a una gran paradoja, dado el serio riesgo que representa la creciente contaminación del Guadalquivir, según denuncias de la asociación Alianza Contra la Corrupción.
La UME y su labor en la promoción de la salud y el bienestar
La UME, que depende del Ministerio de Defensa, tiene una destacada labor en situaciones de emergencia y catástrofes en España, desde incendios forestales hasta inundaciones. Además de sus intervenciones en crisis, esta unidad realiza eventos benéficos y de concienciación social, como la Travesía a Nado en el Guadalquivir, que este año celebró su sexta edición. El propósito de este evento es noble: incentivar las donaciones de médula ósea, un proceso que puede salvar vidas y cuya inscripción es rápida y accesible para cualquier persona entre 18 y 40 años en los bancos de sangre.
El riesgo de actividades acuáticas en un río contaminado
No obstante, la Alianza Contra la Corrupción alerta sobre el alarmante estado de las aguas del Guadalquivir, cuyo nivel de contaminación podría poner en grave riesgo la salud de los participantes en futuros eventos. Según sus informes, el río ha acumulado niveles preocupantes de metales pesados procedentes de actividades mineras, como el yacimiento de Cobre Las Cruces en Gerena. A esto se suma la preocupación por la posible reapertura de la mina Los Frailes en Aznalcóllar, que, de acuerdo con los informes, podría verter hasta 80 mil millones de litros de aguas contaminadas en las proximidades del Estadio Olímpico de Sevilla.
Estos metales pesados, como el plomo y el cadmio, no solo superan los límites para el consumo humano, sino que también pueden acumularse en los organismos de aquellos que, año tras año, participan en actividades acuáticas como la Travesía. Los riesgos para la salud incluyen efectos teratogénicos y autoinmunes, con una mayor incidencia en quienes tengan contacto frecuente con estas aguas. En este sentido, Alianza Contra la Corrupción recomienda a la UME que reconsidere la organización de sus eventos deportivos en el río si no se garantiza la calidad del agua.
¿Puede la UME seguir organizando eventos en el Guadalquivir?
El compromiso de la UME con la promoción de la salud y el bienestar, demostrado en iniciativas como la Travesía a Nado, se enfrenta ahora a un desafío crucial. La evidencia de la contaminación del Guadalquivir no solo representa un riesgo inmediato para la salud de los participantes, sino que también plantea serias preguntas sobre la viabilidad de mantener eventos similares en los próximos años. A medida que se proyecta la expansión de actividades mineras en los alrededores, el impacto de los vertidos tóxicos podría agravar aún más la situación y hacer que estas actividades benéficas, orientadas a promover la vida y la salud, se conviertan en una amenaza potencial.
Según la Alianza Contra la Corrupción, los estudios ambientales de la Junta de Andalucía minimizan los efectos de estos vertidos, al catalogarlos de «temporales», sin realizar una evaluación exhaustiva de su impacto en la biota del río, la agricultura de la región y la salud de sus habitantes. Esta falta de transparencia y control por parte de las autoridades ha generado desconfianza en la población, que teme por el futuro del Guadalquivir y el impacto en las actividades recreativas y deportivas en el río.
Garantizar la seguridad en el Guadalquivir para preservar eventos como la travesía a nado
La continuidad de eventos organizados por la UME en el Guadalquivir depende, en última instancia, de la acción de las autoridades responsables para asegurar que las aguas del río cumplan con las normativas de calidad. La Junta de Andalucía y otros entes competentes deben adoptar una gestión proactiva de los vertidos y realizar estudios independientes que aborden la magnitud de la contaminación. La transparencia y el acceso a la información pública sobre el estado del Guadalquivir son esenciales para restaurar la confianza de la ciudadanía y asegurar un entorno seguro para estos eventos deportivos y benéficos.