La desfasada y anacrónica propuesta de Cándido Méndez, exlíder de UGT: «recuperar la mili para combatir el deshilachamiento de la identidad nacional»

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El sindicalista, secretario general de UGT durante más de dos décadas (1994-2016), carga en una entrevista contra la llamada «financiación singular» para Catalunya que califica como «un golpe contra la igualdad delante de la ley».

En días recientes, el exsecretario general de la UGT, Cándido Méndez, declaró que consideraba necesario «recuperar la mili porque se esta deshilachando la identidad nacional». Estas declaraciones, aunque sorprendentes, han abierto un debate sobre el posible retorno de una medida que muchos consideraban en el pasado. Sin embargo, este planteamiento no solo supone una contradicción ideológica para aquellos que defienden valores progresistas, sino también un anacronismo político en una sociedad moderna que debería alejarse de las prácticas del militarismo forzoso.

Una Contradicción Ideológica Profunda

Para entender la contradicción de esta propuesta, debemos recordar que Cándido Méndez representó durante años a la Unión General de Trabajadores (UGT), un sindicato que ha abogado históricamente por los derechos de los trabajadores, la paz y el progreso social. En este contexto, el servicio militar obligatorio parece chocar frontalmente con los principios fundamentales del pacifismo y la defensa de los derechos individuales que históricamente han caracterizado a los movimientos obreros.

El servicio militar forzoso no es solo una medida de defensa nacional; es una imposición estatal que obliga a los ciudadanos a participar en una estructura militar, lo que implica el sometimiento y aceptar una disciplina que choca frontalmente con los valores de autonomía, libertad individual y derecho a la objeción de conciencia, pilares del sindicalismo progresista.

El Anacronismo del Servicio Militar en la Sociedad Moderna

La propuesta de restaurar el servicio militar obligatorio resulta anacrónica, especialmente en un mundo globalizado donde los desafíos de seguridad han cambiado radicalmente. El siglo XXI no se caracteriza por guerras convencionales donde los ejércitos masivos y obligatorios sean la respuesta adecuada. Los conflictos actuales son asimétricos, muchas veces centrados en la ciberseguridad, el terrorismo y la desinformación. Las amenazas contemporáneas no se resuelven con ejércitos tradicionales, sino con un enfoque multidisciplinario que combina inteligencia, tecnología y cooperación global.

Además, en una sociedad cada vez más interconectada y tecnológica, la formación militar obligatoria carece de relevancia práctica para los desafíos que enfrentan los jóvenes de hoy. En lugar de preparar a las nuevas generaciones para la guerra, deberíamos invertir en la educación, la ciencia y las competencias digitales, áreas en las que el mundo moderno realmente necesita reforzar sus capacidades.

 

Un Debate Desfasado

La propuesta de reactivar el servicio militar obligatorio no solo es una contradicción ideológica para figuras como Cándido Méndez, sino que también está fuera de lugar en el contexto histórico y político actual. Vivimos en una era donde el militarismo tradicional está siendo reemplazado por estrategias de seguridad más inteligentes y menos invasivas, que se apoyan en la tecnología, la diplomacia y la cooperación internacional.

El servicio militar obligatorio no responde a las demandas ni a los desafíos del siglo XXI. Reavivar esta práctica sería un error histórico y una desviación de los valores democráticos y pacifistas que deberían guiar a nuestra sociedad. En el PSOE / UGT, han pasado del NO a la guerra, de promoverla con la militarización de la juventud.

La deriva ideológica de Cándido Méndez

La posición de Méndez plantea interrogantes sobre su evolución ideológica. Un líder sindical que dedicó gran parte de su carrera a defender los derechos de los trabajadores y a combatir las injusticias sociales, ahora parece abogar por una medida que limita la libertad individual y puede generar desigualdades.

Esta deriva ideológica ha generado críticas tanto en el ámbito sindical como en el político. Muchos se preguntan si Méndez ha perdido de vista los principios que lo llevaron a la cima del sindicalismo español.

El ocaso de un referente

La propuesta de Méndez ha acelerado su declive como referente del sindicalismo. Su figura, otrora respetada y admirada, ahora suscita dudas y cuestionamientos. La izquierda necesita líderes capaces de interpretar los desafíos del presente y de ofrecer propuestas coherentes con los valores que siempre han defendido.

En conclusión, la propuesta de Cándido Méndez de reactivar el servicio militar obligatorio es un claro retroceso y una contradicción ideológica. La izquierda debe seguir defendiendo los principios de libertad, igualdad y justicia social, y rechazar cualquier propuesta que los ponga en peligro.

 

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